
Llegué a una etapa regresiva. Gracias a mi psicoterapeuta me di cuenta de que mi padre era exacto a este argentino que ama las drogas y el rock. Con ello me dio carta libre para una catarsis en la más pura regla. Ahora estoy por la fase oral. Mi apego por la voz, cara y personalidad de este tío me trae por la calle de la amargura como pocos. Es la teta buena y la teta mala (Klein dixit). Tiene la mirada del ello y me deja sin yo. 48 años. Pero nunca me llevará al altar...
1 Comments:
si no hubieras mencionado su adicción
igual habría sabido
la cara lo delata!!!
pobrecitooooo
un abracito de paz
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